“Una novela criminal”, la novela sin ficción de Jorge Volpi

Una novela criminal es un ejercicio de novela sin ficción

El libro Una novela criminal de Jorge Volpi, ganador del Premio Alfaguara 2018, nos ofrece un género singular: una novela sin ficción. Bien valdría decir que es una muestra de que la ficción puede aprender de la realidad. Dicho de otra manera: lo que tenemos en este libro es una descripción de hechos tan inverosímiles que la labor del novelista se limita a dar cuenta de ellos buscando simplemente el mejor hilo conductor. Pero la historia de Una novela criminal es real. La detención de Florence Cassez e Israel Vallarta en diciembre de 2005 sucedió en el mismo plano de realidad que compartimos tú y yo ahora. Cabría agregar: aunque usted no lo crea.

Buscar “simplemente” el mejor hilo conductor. En este caso, en realidad, la tarea es titánica. Hay que intentar reconstruir los hechos sepultados bajo la maraña del descomunal expediente judicial aliñado con la tinta que se ha empleado para opinar del caso, que no es poca. El crimen del que se les acusa (hay que hablar en presente a pesar de la distancia en el tiempo) es suficiente como para tocar las fibras más sensibles de un pueblo cansado de la inseguridad: el secuestro. Pero las pasiones han sido avivadas gracias a esa siniestra mancuerna entre el aparato estatal y los medios de comunicación. En suma, la tarea de Volpi es sacar una historia coherente de un auténtico galimatías.

Los supuestos en Una novela criminal

Uno de los elementos esenciales de la historia es el supuesto en sus distintas formas y con sus diversas consecuencias. Suponer es la puerta a la ficción. Es invitar a la construcción de un escenario, es la apertura a la libertad para tejer una trama. El problema es que, en este caso, la operación supone trastocar la vida de personas de carne y hueso. En el juego de las suposiciones Florence e Israel reciben la etiqueta maldita: supuestos secuestradores. Lo que sigue es el arduo proceso que lleva a despejar la ecuación de tal manera que quede solamente uno de los elementos. Lo son o no lo son. Ese es, se supone, el trabajo de quien tiene en sus manos la responsabilidad de impartir justicia.

El novelista busca el hilo de Ariadna en la madeja de supuestos - tuitéalo    

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Pero esto no acontece. Quien se supone debe mantenerse fiel a los hechos asume más bien la tarea de Dédalo y construye un laberinto. Llega entonces el novelista para buscar el hilo de Ariadna. Los papeles están invertidos. Volpi no supone nada porque para nadar en el mar de las suposiciones ya no hace falta. Va ahí con las herramientas del constructor de historias, la astucia del detective y la paciencia del reportero. Se informa, se documenta, habla con los personajes. Nos regala entonces una reconstrucción de lo sucedido con todo y sus espacios en blanco. A partir de ahora nos toca a nosotros suponer y volver a Ítaca.

¿Dónde está la verdad?

El libro del novelista mexicano es un gran ejemplo de posverdad. Se trata de una situación donde la pregunta por la verdad parece carecer por completo de sentido. Todo se reduce a lo que se cree, a la opinión subjetiva construida a partir de testimonios transmitidos por televisión. Como decía Rosario Castellanos en su poema “Telenovela”: “Y tiene hermosos sueños prefabricados”. Sí, gracias a la televisión todos soñamos la misma escena: una pareja de secuestradores detenida en vivo. Escuchamos a las tres víctimas liberadas. ¿Cómo puede ser mentira lo que todos vimos? La imagen ha desterrado la pregunta. La imagen es la estaca en el corazón de la duda. - tuitéalo    

La verosimilitud se desvanece sin su referente de verdad. - tuitéalo    

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Pero llega entonces el creador de ficciones y rompe las reglas: se pregunta por la verdad. Sabe él que la verosimilitud necesita un referente y se propone rastrearlo. Sin verdad nos queda nada más el símil, la semejanza, la reducción a uno. Necesitamos entonces el modelo en relación al cual se mide la distancia. Eso marca las preguntas que el novelista hace a las páginas de un expediente y los protagonistas que desde esas líneas luchan por levantar la voz incluso en contra de su autor. Los personajes entran y salen del papel que parece que tienen asignado. Esos saltos levantan sospechas y hay quien las toma como migas en dirección a la verdad.

La duda y la búsqueda de claridad

Pero, como hemos dicho antes, en este caso la confusión y los supuestos implican un impacto directo sobre la vida de personas de carne y hueso. Florence vive ya en Dunkerque, mientras que Israel sigue esperando en una prisión a que su voz sea escuchada. Su vida y la de su familia cambiaron por completo cuando alguien decidió que sus rostros eran ideales para representar la lucha del bien contra el mal ante las cámaras de televisión. Carne de cañón para la opinión pública. Piezas de ajedrez en un juego político. Puede usarse la metáfora que se prefiera, la realidad es que se ha trastocado lo más básico: su condición de personas.

Ante el panorama de la posverdad es necesaria la duda, la demora y la reflexión. - tuitéalo    

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Ante la ausencia de una línea clara y distinta no queda sino la duda. Con esta herramienta en la mano Volpi hace su ejercicio de novela sin ficción. Pero en realidad consigue algo más: recordarnos lo importante que es dudar ante las supuestas verdades o, como se suele decir, ante la verdad histórica. Si la presunción de inocencia pasa por días tan negros hay que ir mucho más allá del ver para creer. Es necesario un ejercicio de duda, una revitalización del compromiso con la verdad que demanda demora y reflexión. Es por eso que Una novela criminal es un libro imprescindible para todo mexicano. Pero también para todos aquellos que creen que esto de la posverdad es un asunto inocuo, una moda pasajera. Sus consecuencias, como bien muestra este libro, pueden cambiar vidas.

 

Carlos Girón

Eterno aprendiz de brujo. Compartiendo en este labloginto las inquietudes de un cuerpo que se cree espíritu y un espíritu que se pierde entre los pliegues de un cuerpo.

2 comentarios

  1. #Jerby @ratonbloguero   •  

    Carlos, hay que distinguir entre lo verídico y lo veriódico. Algunos periódicos crean la realidad a través de analizar hechos y datos aparentemente inconexos.

    • Carlos Girón   •     Autor

      Mi querido ratón, tienes toda la razón. Pero en este caso la cosa va mucho más allá de lo veriódico. Se trató de una fabricación para manipular a la opinión pública que terminó con personas en la cárcel sin respetar su presunción de inocencia. Te recomiendo mucho el libro para que veas el alcance del caso y sus implicaciones. ¡Abrazo roedor!

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