El haiku y su estructura siempre hará recordar la famosa frase de Baltasar Gracián: “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”. Claro que los estilos marcados por la brevedad suelen ser los más complicados por requerir de una gran capacidad de síntesis y un fino sentido para lo indispensable. Nuestro tiempo está marcado por el consumo y la acumulación, por la utilidad y el supuesto de que aquello que no tiene una aplicación directa, evidente y benéfica para el conjunto social es poco menos que basura. Claro que esto muestra rápidamente su cara dogmática rehusándose a poner sobre la mesa los mismos conceptos que convierte en cribas.
Pero decíamos que los estilos breves requieren una fina sensibilidad para lo esencial y en nuestro tiempo parece que lo importante es acumular y adornar más que apostar por la simpleza. Es por eso que detenerse a contemplar las líneas de un haiku representa ya una pausa y descanso de la ajetreada y dinámica vida cotidiana. Una muestra en palabras de esa misma técnica que pone sobre una bandeja una muestra de la naturaleza: el bonsái. Se trata de reducir el tiempo a un instante de mundo. - tuitéalo ¿Reducir? Sí, pero de una manera harto engañosa: el haiku siembra semillas de instantes y ya sabemos que hasta la imponente secuoya inicia como una modesta semilla.
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La estructura del haiku
El origen de esta forma de poesía está en Japón y la tradición marca que se compone de tres versos de 5, 7 y 5 sílabas que en realidad son moras, pero no viene al caso entrar en las precisiones de estos conceptos lingüísticos. La rima no se precisa en este estilo que tiene en su centro el asombro que produce en los sentidos el devenir de la naturaleza. Capturar el instante para darle forma de haiku no significa matar su movimiento. Bien sabía Octavio Paz que la poesía tiene en su propio corazón al tiempo, de manera que no se trata sino de un juego en el que éste entra en la red del poeta para abrirse de nuevo en la mirada del lector. El tiempo en poseía nunca se detiene, siempre se transforma. - tuitéalo
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El kigo que marca el tiempo
En el poema se esconde una pista del tiempo que le sirve de cuna. El haiku lleva una marca de aquello a lo que señala, es decir, da cuenta de manera sutil de la estación del año a la que se refiere. A esta palabra se le llama kigo y nos deja la referencia al momento del año que el poema recrea. Una simple indicación, una sola palabra para pintar toda una estación. Esa es la fuerza poética del haiku que puede parecernos enigmático, pero que, precisamente por eso, nos obliga a mirar el mundo buscando el sentido que late en las breves palabras. Sí, se trata de mirar de nuevo el mundo porque algo que no hemos visto reclama nuestra atención y el poeta nos lo muestra. Hay que dejar atrás la pereza del que quiere todo ya perfectamente explicado para atender a la apertura del sentido que reclama de nosotros el esfuerzo de la interpretación.
Este camino
ya nadie lo recorre
salvo el crepúsculo.
Matsuo Basho
Pasó el ayer,
pasó también el hoy,
se va la primavera.
Yosa Buson
Un adiós a ese tiempo que se llama vida
Si hablamos de tiempo no se puede dejar de lado el tema de la muerte, ese final de trayecto al que humanamente nos enfrentamos. Si bien se puede hablar de un ciclo, del fin como algo necesario para un nuevo principio, lo cierto es que esta forma de conciencia que ahora somos tendrá que verse cara a cara con su propio ocaso. El momento de la muerte es indeterminado, pero seguro. Así, cuando se le siente en proximidad, la tradición japonesa manda no solamente dejar un frío testamento legal a manera de última voluntad, sino también una visión sintética de la propia vida. Si decíamos que el poema hacía del tiempo una semilla de instante, el haiku de despedida no es sino el momento de devenir uno mismo instante. - tuitéalo Esta variante de la brevedad poética recibe el nombre de jisei no ku, aquí te dejo unos maravillosos ejemplos:
La música del no ser
llena el vacío
Sol de primavera,
blancura de nieve,
nubes que brillan,
viento transparente.
Daido Ichi’i
Este mundo
¿con qué puedo compararlo?
Con campos de otoño
tenuemente iluminados, al anochecer,
por los relámpagos.
Shitago
Un jisei para estas líneas
Este texto no puede sino respetar la brevedad y guardar silencio ante la potencia de las potentes palabras que toma prestadas. Son poemas breves, pero dicen demasiado. Puede que nos visite el cansancio y tengamos que abrir la ventana para contemplar el ritmo de la vida desde estas nuevas perspectivas. Al final los poemas son pequeñas rendijas para asomarse al mundo. - tuitéalo Son semillas que se quedan en los ojos para hacer germinar en ellos la flor de lo posible aunque invisible. Palabras inocentes que viajan como la semilla del diente de león que no sabe si ha de llegar a suelo fértil, pero viaja. Me despido entonces para dejarle más espacio a esas palabras que te propongo para ejemplificar este tipo de poesía. Lo hago, no obstante, haciendo un esfuerzo por generar un haiku imperfecto que refleja el espíritu de este espacio de seoducción.
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Ratón bloguero
mariposa transversa
gato travieso
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¡Hermoso! Un haiku blogramero que es un autoretrato. La metamorfosis final sería la de la araña, pero que se asume dado que es ella la que enuncia frente al espejo los signos de su identidad. ¡Gracias por tan bello regalo!
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Hola Carlos!
Me fascina como describes lapoesía, parece tan real que es como si lo viviera. Mira que las poesías si te soy sincero no me gustan, pero es que como lo explicas casi me cambias de opinión 🙂 .
Un abrazo!
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¡Saludos Jony! Me alegro mucho al leer tu comentario. La poesía es, de verdad, un respiro, una ventana que nos abre nuevas perspectivas en lo que creíamos tener más que visto. Espero poder seguir siendo “mala influencia” para que esas semillas poéticas te sigan regalando momentos agradables. Porque, al final, el mérito es de las palabras y no tanto del autor. ¡Un abrazo!
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Qué artículo más bonito. Qué menos que compartirlo.
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Muchas gracias Rubén. Me alegra poder dar un respiro poético en este verano que ya nos regala un bonito calor. ¡Un abrazo!
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llego la lluvia
y se sientan las gotas
junto a la tierra
Gracias por el post Carlos
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Muchas gracias a ti por la linda respuesta poética. Es lo mejor que le puede pasar a quien escribe por estas plataformas donde el haiku puede pasearse haciéndonos guiños, que no es sino otra palabra para decir instantes. ¡Un abrazo!
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¡¡Abrazo!!
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